14 sept 2013

Starway to... Luis Miguel - corto #4

Autor: sarunii


Cuando entré al camerino de Benja, buscándolo, me encontré con una imagen de la que no me podré olvidar en años. Les explico.


Imagínense unos ojos, los ojos más azules que vieron en su vida, súmenle una sonrisa hermosa, y un pelo con un parecido discutible al de cierto cantante juvenil. Dale. Con lo que les dije, y un poco de imaginación, tienen la cara de él, de Benjamín Amadeo. Súmenle entonces un cuerpo de infarto, de caño, de potro, de... Okey, me desvié, perdón, pero captaron la idea. Entonces ya tendrán a Benjamín Amadeo.

Ahora, véanlo con unos cascos, unos de esos grandes que no te dejan escuchar nada más que la música, con los ojos cerrados, una cara de emoción que no puede consigo misma, y una escoba en posición de guitarra. Ven por dónde van los tiros, ¿no?

SEGUI LEYENDO...


-¡Payin' my dues, playin' in a rockin' band! Tururuu -cantaba encima de la mesa del camerín, mientras yo lo miraba, parada, desde la puerta- ¡HEY MAMA! ¡Look at me, I'm on my way to the promised land! I'm on the -saltó desde la mesa- ¡¡HIGHWAY TO HELL!! ¡¡HIGHWAY TO HELL!! -saltaba de un lado al otro- I'm on the ¡¡HIGHWAY TO HELL!! ¡¡HIGHWAY TO HELL!! ¡Uuuuh! ¡Don't stop me! ¡Ñiauauauaaaaa, pam, pam!!


En un momento del solo de escoba que Benja se estaba marcando, abrió los ojos y me vió tirada en el suelo de la risa. Creo que se sintió incómodo, pero hay algo que siempre me destacan, y ese algo es que mi risa, aparte de duradera, es contagiosa. Así que acabamos los dos, como un par de boludos, tirados en el suelo en pleno ataque de risa.

Pese a todo, no me sorprendía verlo así. La gente que no lo conocía, incluso los que le conocían pero no mucho, solían pensar que Benja era un tipo serio y recto, con un humor demasiado afilado como para llegar a ser divertido. Aún me acordaba de, a principios de 2009 cuando recién nos lo presentaron, de hablar de él con la que una vez fue mi pajarilla, con Euge.


-Che, ¿viste al bombón nuevo, a Benjamín? -me dijo la rubia.

-Em... Al que va a hacer del novio de Emi, ¿Te referís?

-Sí, a ese -asentí-. Mery me habló de él, se ve que lo conoce hace tiempo.

-Supongo que sí... Quiero decir, el tipo es amigo de Benjamín Rojas, y Mery salió años con él... además, actuaron juntos en 2007.

-Por eso... ella dice que es un gran tipo, y muy divertido, pero... es medio raro, ¿no? -fruncí el ceño.

-¿Por? -ella se encogió de hombros.

-No sé... estaba como serio... Igual se parte.

-Supongo que sí... -no le hice demasiado caso- Por cierto, ¿no lo viste medio raro a Peter?


Como ven, en ese momento, no le di demasiada bola, tenía otras cosas... a otros en la cabeza. Entonces, una tarde, después de un ensayo de Rex, que yo estaba sola, se acercó a mí, con su pelo rubio cogido en una cola.


-Mariana.

-¡Uy, Benja, me asustaste... Y llamáme Lali, por favor. -él me sonrió cortés.

-Disculpame. Sólo quería decirte que me encanta tu cuadro, el que hacés con Pedro, cuando volás...

-Oh -dije azorada-, gracias... Igual es todo idea de Cris y de los técnicos eso, así que... -él negó.

-Ya sé, pero si otra persona lo hace le quedaría mal, seguramente... tenés mucho talento.

-Vos también estás muy bien en el cuadro con Emi, el de Dónde Estás Amigo... muy lindo. Lindos, los dos. -me corregí, mientras sentía que se me subían los colores a la cara.

-Gracias por la parte que me toca -cogió su bolsa-. Nos vemos mañana -se dió vuelta, pero antes de marcharse se paró-. Ah, Mariana, se me olvidaba...

-Lali.

-Perdón. Lali, se me olvidaba...

-¿Qué?

-Hay algo que tenés aparte de talento -lo miré expectante-. Las calzas por encima de la falda. -avergonzada, miré a ver, dándome cuenta de que tenía razón... tanto baile me acababa de dejar en evidencia. Lo miré en cuanto le escuche reir. Se estaba marchando carcajeándose de mí.


A partir de aquel día, nuestra relación cambió. Comenzamos a saludarnos por los pasillos y compartir sonrisas cuando nos mirabamos. Sí, sí, lo sé. No era wow, la relación, pero era algo. El chico me daba curiosidad. Hasta que un día me tocó grabar unas escenas con él, las escenas de Cielo Abierto.

Mientras Maxi rondaba por Pampa haciendo andá a saber que cosa, yo estaba sentada en el comedor, esperando que me llamasen a grabar. Benja se sentó delante de mí.


-Lali, si no te importa, me gustaría repasar la escena.

-Sí, claro.

-Dale, empecemos desde el principio -se quedó en silencio-. Hey, comenzás vos. -me pasé la mano por la cara.

-No, perdón, Benja... no estoy mucho por la labor... lo siento.

-Oh, claro, sin problemas... -se levantó de la mesa, y lo miré extrañada.

-¿Qué hacés?

-Te dejo sola -me respondió como si fuera obvio-. No quiero molestar.

-No molestás, quedate.


Se sentó y nos quedamos unos minutos en silencio, hasta que me dijo:


-No suelo hacer esto pero... ¿me querés contar?

-Eh.. no, no quiero aburrirte -él asintió y yo me sentí mal-. Pasa que no creo que te interese mucho y...

-Ya está, Lali, no tenés que explicarme nada. Nosotros no somos amigos -la cara que puse debió ser un poema, ya que se apresuró a explicar-. No me malinterpretes, me refiero a que no somos dos personas que compartan confidencias o nada por el estilo... Está todo bien.

-Es por Peter -le solté, y ni siquiera supe porqué. La verdad es que necesitaba hablar de ello con alguien ajeno a todo-. Últimamente discutimos mucho y... no sé, me parece que lo nuestro no va para más. Peter y yo estamos saliendo.

-Sí, soy colgado, pero eso lo sabía... ¿Y porq qué discuten?

-Porque los dos cambiamos. O yo cambié -le contesté-. Yo ahora soy más de quedarme en casa, o ir a casas de amigas, y él se quedó con la joda. Y me jode. ¿Vos que decís?


Benja inspiró, y pensó unos segundos. Euge tenía razón. Se partía.


-Mirá, yo sólo sé lo que me llega a los oídos, no sé nada de como es su relación realmente.

-¿Qué te llega a los oídos?

-No quedás bien parada.

-Oh.

-Pero lo importante es como sean las cosas entre ustedes dos de verdad. Si ustedes se aman, lograrán superar esto... son diferencias de opiniones, de... personalidades, eso es todo. Yo que vos lo hablaría con él, intentaría llegar a una conclusión, o algo. -nos quedamos unos minutos en silencio mientras yo pensaba en lo que me había dicho.

-Eso voy a hacer. Gracias Benja.

-Nada de gracias, llevamos media hora hablando y eso ya se cobra como hora entera. Mañana te paso el recibo del banco. -lo dijo tan serio que por un momento le creí, pero casi al instante me di cuenta que estaba de broma.

-Dale, te pasaré mi número de cuenta.


Desde entonces, nuestra relación avanzó, ¡bien por mí! No, mentira. La cuestión es que hablábamos, nos reíamos y la pasábamos bien juntos. Era mi amigo, y creo que el me consideraba de igual manera, por más que él me dijera, de broma, que que hacía hablando con una pendejita de 17 años, él, que era un respetable señor.

Y los meses fueron pasando. Mientras mis problemas con Peter seguían, mi amistad con Benja se afianzaba. La verdad es que me sentí muy contenta al saber que estaría en la cuarta temporada. Durante las vacaciones mantuvimos el contacto, y no tuve ningún problema en abrazarle fuerte cuando le volví a ver, en los inicios de las grabaciones, por más que a Peter no le hizo gracia.


-¿Qué te hiciste en el pelo, nene? -le dije mientras le revolvía el cabello corto.

-Exigencias del guión.

-Se parece a... -dijo la voz de Pablo, mientras su novia, Rochi, le tapaba la boca riendo.

-Calláte vos -dijo Benja-. Y vos te cortaste el pelo, pendeja.

-Nada pendeja, ya tengo 18 años... ¡Soy mayor de edad! Me hice el flequillo recto...

-Uy, mirála que agrandada ella... El fleco recto me hubiese quedado mejor a mi, pero bueno, te lo paso.

-Quedás mejor así, se te ven más los ojos sin esas greñas y la barba...


Durante los meses que siguieron, nos hicimos cada vez más compinches. Salíamos juntos a algunos eventos, a esos a los que mi novio no iba porque prefería ir a algún boliche con sus amigos, pero ya no me importaba, no tanto. Lo quería mucho, pero era más que obvio que nuestra relación pasaba sus últimos tiempos. Benja me presentó a sus amigos, aunque ya los conocía, y logró hacerme sentir que cuando estaba con ellos, Benja Rojas, Coco, Fran... era una más.

El rubio se había convertido en mi mejor amigo, mi confidente, el que me bancaba en todas. Escuchaba mis problemas, y me aconsejaba. Definitivamente, una de las personas más importantes de mi vida.

Tengo la seguridad de que, si no fuese por él, no hubiese soportado la ruptura con Peter. Una discusión por una salida suya había sido el detonante que nos había separado definitivamente. Me encontré en una situación bastante complicada, en la que todos mis compañeros de tira se mantenían neutros, ya que la mayoría eran tan amigos míos como de Peter. No estoy diciendo que se portaran mal conmigo, nada que ver... Pero se mantuvieron un poco al margen, para no entrar en un conflicto con ninguno.

Sólo hubo dos personas que tomaron partido claramente. Euge, mi Euge, decidió que yo era la que no había sabido llevar la relación y se dedicó a cuidar a su hermanito, y nuestra relación se... anuló, por decirlo así. Me dolió, porque veníamos de una amistad de años, y que nos separaramos así... La otra persona fue Benja, que al no ser amigo de Peter, no dudó en darme todo su apoyo incondicional, abrazándome en mis horas bajas y siempre con un chiste preparado en los labios para mí. Se convirtió en mi inseparable.


Y así, casi dos años después de conocerle, estábamos tirados en su camarín. Ninguno de los dos era idiota, ambos sabíamos perfectamente que había algo más que una linda amistad entre nosotros. Las miradas con doble intención, los piropos, las veces que nos quedabamos en silencio, simplemente sonriéndonos... Había algo, y lo sabiamos. Y sabíamos que el otro lo sabía. Pero por alguna razón ninguno daba el primer paso, ninguno se decidía a cortar ese hermoso juego de histeriqueo mutuo, del primer instante de un amor estúpidamente adolescente, pero tan maduro a la vez.


-Sos un payaso -logré decirle entre risas. Tras conseguir calmarnos, le repetí-. Sos un payaso.

-Bueno... tengo derecho a un momento de... exaltación de mi ego, ¿no?

-Te juro que te tendría que haber grabado, tendría que haberlo hecho y pasarlo en grande por todas las pantallas de Argentina, para que todo el mundo vea lo que hace el seco señor Amadeo cuando está sólo.


Nos la pasamos riendo unos minutos más, comentando las reacciones de la gente que conocíamos. En un momento, Nico pasó por allá, pero no nos hizo caso, estaba acostumbrado a vernos así, así que simplemente se fue con una sonrisa.

Finalmente, Benja se dió cuenta:


-Che, Lali... ¿por qué viniste? ¿Necesitás algo en especial?

-¿Qué pasa? ¿Ahora necesito un motivo para querer verte?


Nos sonreímos, atrapados en los ojos del otro, en nuestra conexión especial.


-No, tienes razón... por mí, vení siempre que quieras.

-Mucho mejor. Pero esta vez sí que hay un motivo. A que no sabés que cantante viene al país.

-¿Quién?

-No culpes a la noche, no culpes a la playa, no culpes a la lluvia... será que no me amas. -le dije haciendo la famosa coreo de boliche, mientras Benja me miraba con las cejas alzadas.

-¿Qué no te amo, decís? -le sonreí tímida, y bajé la mirada- ¿Pero a que viene cantar eso ahora? ¿De quién es? Porque el bailecito...

-¿En serio no la conocés? -él negó- ¿En que planeta vivís?

-Neptuno. ¿Quién es?

-El único, el incomparable, el romántico... -anuncié como si de una curiosidad de circo se tratara- ¡Luis... Miguel!


No me esperaba que se pusiera a saltar de la emoción, pero algo de reacción...


-Ah, bueno.. Pensé que era algo importante.

-¡Luis Miguel es importante!

-Bueno, Lali, me alegro por vos... Pasala bien, ¿que querés que te diga?

-Que sí.

-¿Eh?

-Porque... seguro que sos capaz de adivinar quién me va a acompañar... Pistas: se llama Benjamín, es rubio, y tiene unos ojos azules que te morís.

-Miralo a Rojas, que buen pibe, que te acompaña... -le di un golpe en el brazo.

-No, tonto, me refiero a vos...

-Ni muerto.

-Porfi.

-No puede ser que pase de emocionarme con AC/DC a tener que soportar que me pidas que te acompañe a ver a Luismi.

-Porfi...


Estuve como dos minutos de reloj saltando a su alrededor suplicándole, hasta que me paró con una frase que marcó nuestra historia.


-¿Qué me vas a dar a cambio si voy? -una pequeña sonrisa diferente se asomó en mi cara. Tal vez era el momento de dar ese paso.

-¿Qué querés?

-Depende de lo que me puedas ofrecer.


Ese era el momento indicado. Sin rollos, sin terceros, sin nadie más que nosotros dos. Sin un asomo de duda, nuestras cabezas se fueron acercando y, en el acto más natural del mundo, nos besamos.

Era como si lo hubiese hecho toda la vida, como si siempre hubiese tenido su mano en mi espalda y su perfume tan cerca. Era perfecto. Lentamente nos separamos.


-Oh, podés ofrecer exactamente lo que quería... está bien, me prendo a ver a ése. Pero no sé ninguna canción suya...

-Sí querés te las puedo cantar todas al oído... -sugerí mientras rozaba mi nariz con la suya.

-Luis Miguel, considerame tu fan de por vida.


Con una risita, le volvía besar. Esa situación era exactamente la que necesitaba... estar así, besándome, con él. Y era algo que, definitivamente, iba a conservar.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario

Lo Mas Leido