28 jul 2013

Traicion (adap) cap 14

▣ Chapter: 14


La conversación con Benjamin logró abrir la caja de Pandora de los problemas que había padecido Mariana durante toda su vida; eso fue lo que descubrió durante las siguientes semanas. Problemas de los que se había olvidado desde que era niña, sin que nunca más volviera a tener noticia alguna de su existencia.

Y fue enfrentándose con ellos uno a uno, volviéndolos a guardar en su caja cuando la confrontación le resultaba demasiado dolorosa. Pero la tapa ya estaba abierta y tenía que recordar que ya había sonado la hora de la verdad... por mucho que le pesara.


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William le había dicho eso mismo cuando la llamó un par de días atrás, a su vuelta de Oriente Medio. Ella le había dejado un mensaje en el contestador explicándole el motivo de su traslado, junto con su nuevo número de teléfono. Mariana estaba bañándose la mañana en que telefoneó William, y a punto estuvo de caerse de la silla mientras desayunaba en la cocina cuando Benjamin le informó con forzada naturalidad:

-Oh, por cierto, Howard llamó antes preguntando por ti. Vendrá más tarde a tomar una taza de café. Pensé que te gustaría verlo; ¿no te importa, verdad?

-¿Howard va a venir aquí? -Mariana lo había mirado asombrada-. ¿A esta casa?

-¿Qué es lo que tiene de malo? -preguntó Benjamin con tono suave.

-Nada, por supuesto; es sólo que... -Mariana no sabía qué decirle-. ¿A ti no te importa?

-¿Debería importarme?

-Bueno, ya sabes lo que quiero decir. Antes estabas convencido de que éramos más que amigos...

-Mariana, si yo siguiera pensando eso no permitiría que Howard se acercara ni a un kilómetro de ti. Por el contrario, estoy satisfecho de que vuestra relación sea meramente platónica -arqueó una ceja al advertir su expresión confundida.

-¿Y no te importa que William...? -de repente Mariana se dio cuenta de que iba a decir una estupidez, y se interrumpió ruborizada.

-¿Te ame? -terminó Benjamin por ella y se echó hacia atrás en su silla, mirándola con ojos entrecerrados-. ¿Qué piensas tú, Mariana? -le preguntó con tono suave-. ¿Crees que me importa?

-No lo sé -tampoco sabía cómo conducirse en aquella conversación, y eso la molestaba profundamente.

-William es una rareza en un mundo como el de hoy -pronunció Benjamin con tono pensativo-. Es un hombre honrado, con un fuerte sentido del honor. ¿Eso lo sabías, no?

-Por supuesto que lo sabía -le espetó Mariana, ofendida por su insinuación-. Simplemente me sorprende que tú lo reconozcas.

-Nunca dejo que los prejuicios me ofusquen el juicio. Ya deberías saberlo, a estas alturas.

-Fue tu buen juicio lo que te hizo reconocer desde el principio las magníficas cualidades de William, ¿verdad? -replicó irritada.

-Más o menos. Por supuesto, influyó mucho una entrevista que tuve con él, cuando salimos a tomar una copa juntos.

-¿Te has entrevistado con William? -le preguntó Mariana, asombrada. Aquello no le gustaba nada en absoluto.

-Ajá -Benjamin parecía muy satisfecho con su reacción.

-¿Por qué? ¿Por qué has hecho eso?

-Porque eres mi esposa, Mariana, y llevas en tus entrañas un hijo mío.

-Eso no es una respuesta -repuso con tono beligerante-. Lo sabes tan bien como yo.

-¿Eso crees? -sonrió Benjamin-. Yo pensaba que sí. William Howard se preocupa por ti, te tiene en gran estima... Y eso está bien... mientras tenga presente cuál es su lugar.

-¿Y ahora te parece que ya sabe cuál es su lugar? -le preguntó Mariana, furiosa ante su arrogancia.

-Oh, estoy completamente seguro de ello - asintió lentamente, mirándola con frialdad.

-Pues qué bien -Mariana no sabía por qué estaba tan enfadada, pero estaba necesitando de todo el poder de su voluntad para no lanzarle el café a la cara-. Así que ahora os habéis hecho amigos, ¿eh?

-No, no somos amigos, Lali -repuso Benjamin con tono enigmático, mirándola sin expresión-, y a ti todavía te queda muchísimo que aprender sobre los hombres.

Aquello puso punto final a la conversación.

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