7 jul 2013

Love Me - cap 24 (final)

-Subíte- exigió moviendo su mano estirada hacia ella- ¡dale La!- pero la morochita no tenía intenciones de hacerle caso.
-Ni en pedo me subo a eso con vos- aunque mantenía los brazos cruzados bajo su busto, para demostrar la indignación de querer subirla a una moto, la expresión de horror no se la borraba nadie- ¡sabes que detesto las motocicletas! Cuando tuvimos que grabar la escena en la tercera temporada te lo dijeeeeee…
-Pero este es un cuatri-moto, mucho más seguro, además iré despacio mi amor- puso su mejor cara de niño inocente y ella sonrió enamorada. ¿Acaso existía algo a lo que se negara si él lo pedía? Un rotundo “NO” estalló en su cabeza, si él pidiera su alma por una mirada como esa, ella se la daría una y mil veces.

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-OK, vamos… pero despacito eh- la advertencia lo hizo reír y ella se contagió mientras subía al cuatri. Se abrazó a su amado rubio con fuerza y absorbiendo todo su exquisito aroma volvió a sonreír “no se puede dar algo que ya no es mío” pensó al rememorar la pregunta anterior. Su alma ya le pertenecía y era imposible poder darle algo que era suyo por naturaleza. Él era su ser amado, la persona más importante en todo el mundo, quien lograba transportarla a su propio cuento de hadas.
-Lo prometo…

Despacio, como ella pidió, partieron por la orilla de la playa en el vehículo que Benja y Cande habían conseguido para darle la sorpresa de cumple. El clima era templado, la poca brisa costera que corría revolvía el largo y morocho cabello de Lali, al igual que el rubio de Benja. La luna estaba llena, como el corazón de ambos. Estar el uno junto al otro generaba una sensación indescriptible en sus cuerpos, eran imanes humanos atrayéndose con demasiada fuerza y aunque ellos no tenían intención de resistirse, era bastante raro experimentarlo. Ambos tuvieron relaciones anteriores, pero jamás una cosa así les había ocurrido.
Anduvieron cerca de diez kilómetros por la tranquila playa antes de que Benja se detuviera.

-Necesito colocarte esto- saco un pedazo de tela negra- es para darle una cuota extra de misterio- ella rió negando con la cabeza. Siempre lograba sorprenderla con alguna ocurrencia, aun recordaba el día con Beyoncé.
-Vos y tus sorpresas raritas- comentó girándose para que el vendará sus ojos- decí que confío en vos, porque si no ni loca me dejo vendar.
-Lo sé y agradezco lo que me toca- con delicadeza cubrió sus ojos y amarro la tela a su cabeza, luego besó su cuello con total ternura haciéndola estremecer- yo también confió ciegamente en vos…
-Entonces vamos muy bien, porque por mucho que nos amemos sin confianza el amor no sirve de nada- comentó mientras él subía de vuelta al cuatri y se abrazó aún más fuerte ahora que no veía nada –vamos lentito, recuérdalo.
-I know, I know- después de andar un par de minutos más, finalmente el motor se detuvo- ¡llegamos!- Instintivamente ella quiso quitarse la venda, pero Benja la detuvo- ¡epaaa! No te la quites hasta que yo te lo pida… por favor- ella asintió sonriente.
-Esto me pone muy nerviosa…
-Jamás te haría daño mi amor, nunca lo olvides- y aprovechando que ella no veía nada, la besó.

Lentamente la guío de la mano por la arena fría, todo a su alrededor encajaba armónicamente con la situación. Tanto el aroma, el clima, el lugar ¡todo!

-Aquí- la detuvo y la soltó- yo me tengo que ir- ella lo sujeto más fuerte- tranquila, tenés que encontrarme… tomá- le entrego una tela y la besó en los labios- contá hasta veinte y te sacás la venda. Luego ponete lo que te di y encontrame…- ella suspiro emocionada y lo soltó- nos vemos, te estaré esperando…

-¿Cómo te encontraré?- preguntó casi en un susurro, pero él ya se había marchado- ¡qué miedo! No sé dónde estoy y más encima me dejó sola…- se giraba a todos lados, sin poder ver nada- mejor comienzo la cuenta. Veinte, diecinueve, dieciocho…- intentaba adivinar la sorpresa que su amado rubio le había preparado, pero realmente no tenía idea de nada- diecisiete, dieciséis, quince, catorce- estaba un poco acelerada y quizá la cuenta iba muy rápida, por lo que volvió a inhalar profundo y siguió más despacio- trece… doce… once… ¡ay Benja por Dios! Las cosas que me haces hacer- sonrió agachando la cabeza y negando- diez, nueve, ocho, siete, seis- su corazón se aceleraba con cada número que pronunciaba. ¿Qué ocurriría en los próximos minutos? ¿Y si no lo encontraba?- cinco, cuatro, tres, dos- llevó las manos a su cabeza y con lentitud desató el nudo de la tela- uno… listo- cuando la tela cayó, también lo hizo su mandíbula por lo que sus ojos veían-¡¿Qué mier…?!- tenía todas las intenciones de terminar esa expresión de sorpresa, pero una tenue y lejana melodía la interrumpió.




Un arpegio de guitarra sonaba de fondo, acompañando perfectamente el paisaje que estaba frente a sus ojos. Le costó un poco acostumbrarse a la luz de las antorchas de caña que formaban el camino que debía seguir. Habían varias rocas gigantes que impedían ver más allá de las antorchas ¿pretendía que se metiera en ese roquerio? Pues al parecer sí y no le quedaría otra que seguir con el protocolo para encontrarlo. El cuatri a sus espaldas, descansaba inerte y sin las llaves... si no lo encontraba no podría volver a la casa de Mica.

Refregó su frente con frustración y volvió a sonreír, Benja pensó en cada detalle ¿hace cuánto venía ideando esto? ¡¡era un tierno MAL!! Merecedor de arriesgarse a caerse entre las rocas, aunque estaba segura que él no la pondría en riesgo. Simplemente estaba exagerando un poco.
Se percató que tenía una tela blanca en su mano y al ponerlo frente a su carita, notó el vestido más hermoso y sencillo que alguna vez pudo imaginar. Era simplemente un pedazo de seda con tirantes y una caída de campana exquisita. Sencillo e ideal para la ocasión. Con precaución se quitó el disfraz de muñeca y con el mismo se limpió el maquillaje, saco las pestañas rosadas que formaban parte del atuendo y también los mechones de pelo del mismo color que se había puesto. Así, de blanco y naturalmente hermosa, comenzó el trayecto entre las antorchas.

Al principio del camino había un lirio blanco, que tomó con cuidado y puso tras su oreja. Tenía unas ganas inmensas de llorar por tanta felicidad y emoción ¿merecía tanto? ¿era ella digna de aquel hombre tan hermoso, tierno y especial?. La melodía seguía sonando de fondo, cada vez un poco más clara, hasta que de repente su tierna voz comenzó a cantar. Los ojos de Lali se iluminaron y sonrió alegre. Su voz de ensueño la estaba llamando al ritmo de una hermosa canción desconocida.

Cada día despierto al lado de un ángel
Más hermosa que las palabras
Que podría decir



Ese era el primer mensaje escrito en la roca que se topó de frente. Y aunque nunca fue muy buena para el inglés supo de inmediato que era parte de la canción… Benja acababa de cantar eso mismo en inglés. Pasó su mano sobre la roca, apreciando la prolija letra del rubio y sonriendo por lo que decía. Para ella despertarse a su lado era un gran privilegio y ahora sentir que él la consideraba un ángel era el colmo de la ternura. Entre ellos nunca había pasado nada más allá, por respeto a lo que tenían… para cuidarlo y tomarse sus tiempos. Pero eso no impedía que durmiesen juntos, abrazados, envueltos en esa aura de amor, que solo ellos provocaban.

Dijeron que esto no funcionaría
¿Pero que sabían ellos?
Años pasaron desde eso
Y estamos hoy aquí



Siguió el camino de las antorchas y notó que no debía escalar ninguna roca, el camino se trazaba entre ellas. Era hermoso pasar por ahí alumbrada por las antorchas y un poco por la luna e ir encontrándose con estos maravillosos mensajes que le demostraban una y otra vez, cuan bueno era su amor por el rubio. Cuan real. Todavía recordaba como las chicas la molestaban con el rubio durante la tercera temporada de casi ángeles, como ella se sonrojaba al imaginarse con un tipo tan guapo y serio. Siempre lo había mirado medio con miedo, era demasiado especial y lo notó desde el primer momento que lo conoció… y ahora lo tenía tras esas rocas cantándole cuanto la amaba. Era un sueño del que no quería despertar jamás.

Nunca en mis sueños
Pensé que esto me sucedería
A mi…



Una persona te puede atraer por lo físico, gustar por la personalidad, encantar por sus dones y enamorar por sus actitudes. Pero lo que Benja hacia y provocaba en ella iba mucho más allá de eso, era magia de verdad, era unirse desde adentro. Unirse en algo tan real, que caía en lo surrealista. Confundirse con sus propias almas por el parecido de lo que sentían… eso era el verdadero amor.

Ella siguió caminando con lentitud sobre la arena, acariciando las rocas y sonriendo con dulzura. Una rebelde lágrima se escapó, rodando por su mejilla y se perdió entre los granos de arena. Quería encontrarlo cuanto antes y poder besarlo, decirle y demostrarle cuanto lo amaba. Abrazarlo fuerte y esperar que Dios les permitiera ser uno por siempre. Repentinamente el camino se terminó y las rocas se abrieron a un lindo claro iluminado por la luna, rodeándolo y haciéndolo íntimamente secreto. A los ojos de cualquiera estaban ocultos entre el roquerio.

Mientras estoy aquí frente a mi mujer
No puede contener las lágrimas en mis ojos



La voz de su amado resonó ahora mucho más fuerte en el claro, haciéndola girar y mirar por todos lados en busca de sus azules ojos. No demoró mucho en encontrarlo, estaba sobre una de las rocas, tocando su inseparable guitarra y cantando a viva voz. Estaba de perfil, siendo iluminado de una forma casi sobrenatural por la luna… era un verdadero ángel. Vestía un pantalón blanco y una camisa del mismo color abierta. Su corto cabello estaba más revuelto de lo común y parecía realmente emocionado.
Despacio camino sobre la arena, notando los pétalos que estaban esparcidos sobre el lugar. Todo era blanco y en las paredes rocosas y desiguales, la letra de la canción seguía escrita. Fue girando y leyendo cada parte de la canción con más emoción ¡¡No merecía tanto!!

Oh, ¿cómo pude ser tan afortunado?
Debo hacer hecho algo bien…
Y prometo amarla por el resto de mi vida.



Quería correr y abrazarlo, decirle que la afortunada era ella por tenerlo a su lado y poder amarlo de esta forma. Necesitaba sentir su aroma y poder de alguna forma retribuir todo lo que él estaba haciendo por ella. Añoraba poder besarlo eternamente, que ni el aire los separara, y entregarse a sus encantos, unirse y ser unos en cuerpo y alma. Sentía como su corazón casi se salía de su pecho al imaginarlo dentro suyo, haciéndola eternamente suya.

La letra de la canción, su voz, la guitarra, el lugar, la calidez, la luna, los pétalos, la ropa… todo la estaba envolviendo en una sensación que le dañaba la garganta de tanta emoción. Necesitaba llorar abrazada a su pecho y pedirle perdón por todo lo malo que quizá en algún momento le hizo. Lo amaba a tal nivel que prefería herirse ella misma que hacerle algún daño a él… Estaba temblando, pero no de frío, temblaba de tanto amor contenido. Quería gritarlo, cantarlo o demostrarlo, pero lo necesitaba.

Suplicaba por el azul de sus ojos, porque la mirara de una buena vez. Que se bajara de esa roca y la besará eternamente. Posiblemente hasta ya en el pensamiento estaban unidos, porque sin decir ni una palabra el bajo con cuidado de la roca. La miró por primera vez desde que la sorpresa comenzó y al parecer se perdió en sus ojos, seguía cantando y tocando la guitarra apoyado en la roca ¡¡Que hermoso se veía!!

Parece que fue ayer
Cuando por primera vez dijo “hola”
Es curioso como vuela el tiempo
Cuando estás enamorado



Sonrió de costado y desvió la mirada de ella, estaba demasiado emocionado. Sus ojos y mejillas húmedas por las lágrimas ocultas que habían caído. La situación era realmente fuerte. Lali cubrió su boca emocionada y lloró silente. Ella también recordaba cuando le dijo “Hola” por primera vez y como se perdió en sus ojos cuando él se volteó a verla. Sin palabras, sonrió como una estúpida y tuvo que mentalizarse varias veces para poder disimular un poco. ¿Cuánto había pasado desde aquel día? Razón tenía al cantar que el tiempo vuela cuando uno de enamora, desde aquel día tantas cosas habían pasado, tantos momentos y emociones vivieron juntos que ya ni recordaba cuánto.

Nos costó una vida
Para encontrarnos el uno al otro
Valió la pena la espera
Porque hizo que finalmente la encontrara
Nunca en mis sueños
Pensé que esto me sucedería a mí




Un nuevo baño de lágrimas enjugo sus mejillas al escuchar lo que cantaba su amado, como le dedicada esa tierna melodía y como era capaz de con su voz temblorosa transmitirle todo lo que estaba sintiendo. Ya no necesitaba leer lo que decían las rocas, con lo que sabía de inglés más las miradas que le entregaba Benja, interpretaba a la perfección lo que estaba cantando.

Estaba tan nerviosa que ni siquiera se detuvo en su fornido pecho al aire, ni en que también estaba temblando. Quería acelerar la canción y correr a sus brazos, lanzar la guitarra a un costado y besarlo con locura. Pero el momento era tan mágico que ni siquiera podía despegar las manos de su boca. No dejaba de llorar, ni temblar. No dejaba de amarlo, ni dejaría de hacerlo nunca.


Mientras estoy aquí frente a mi mujer
No puede contener las lágrimas en mis ojos
Oh, ¿cómo pude ser tan afortunado?
Debo hacer hecho algo bien,
Y prometo amarla por el resto de mi vida…



Cuando la canción terminó, soltó la guitarra y camino lentamente hacia ella. No levantaba la cabeza, para ocultar las lágrimas que caían sin medida por sus mejillas. Lali y casi convulsionaba por la emoción y los nervios, estaba temblando y llorando sin límites, también sonreía. Todavía no lograba dimensionar lo grandioso de la situación, pero amaba que al fin, él se estuviera acercando hacia ella. Sus corazones estaban acelerados, emocionados de poder sentirse.

Llegó a su lado y levantó la mirada invadiéndola con el azul cielo de ellos… por fin sonrió y negó con la cabeza. Ella limpio una rebelde lágrima de su cara y también le sonrió, con desesperación lo abrazó y lloró con todas las ganas del mundo. Él también emocionado la acompaño en el llanto y acarició su espalda. No había palabras, en ese preciso instante todo menos ellos, sobraba.

Con cuidado la soltó de su abrazo y repitió su accionar limpiándole una lágrima de la mejilla, sonrió y se agacho ante ella. Era EL momento, LA oportunidad, todo a su alrededor decía que no debían esperar más.

-La…- respiró profundamente, su voz estaba más ronca de lo normal- yo te amo- levantó la cabeza mirándola con dulzura-… demasiado- su entrecejo se arrugo y nuevas lagrimas cayeron- y no tengo miedo de decirlo- tomó aire y fuerzas para seguir y no quebrarse- Puedo cantarlo, gritarlo o demostrarlo con cosas como estas- señaló su alrededor- pero lo que realmente quiero es… llamarte novia y que todos lo sepan- Ella sonrió aún más. Lo que tanto había esperado al fin estaba llegando y de la mejor forma- Quiero que todos sepan que sos mía y y tuyo, que mi corazón late por vos… que mi vida sos vos- con lentitud guío su mano al bolsillo del pantalón y saco una cajita- no es un anillo, tranquila- rió al ver la cara de asombro de Lali- es algo muy simbólico que quiero que tengas- él y sus simbolismos hermosos, llenos de significados, terminarían por matar de un infarto a la morocha- Quiero que seas mi novia… Mariana ¿vos querés?

Con esa simple pregunta dio vuelta su mundo un par de veces y la mareo al punto de sentirse moribunda. Todo lo que quería era a él, todo lo que la llenaba provenía de él. No existía otra respuesta para esa pregunta, no existían dudas ni “peros”.

-¿Con un “sí” basta?- él rió mirando al cielo- ¿o debo decir que quiero ser tu novia, tu amiga, tu amor eterno, tu confidente, tu compañía eterna, tu mujer…?
-No debes decir nada más, solo bésame- pidió casi como un niño.

-Esa no es una petición… es mi mayor deseo- y sin una sola palabra más se aproximó hasta rozar sus labios. Movió su boca, haciéndolo estremecer, no era un beso… era un gesto de cariño. Con su nariz acarició la de él y luego su mejilla. Ambos mantenían los ojos cerrados y respiraban con dificultad.

Él tomó su cintura con sumo cuidado, como se trata a una delicada muñeca de colección y la apegó a su cuerpo, sorprendiéndola. Ella rió sobre sus labios, podía sentirlo completamente y amaba la sensación. Sus cuerpos pedían por más y era el momento de hacerles caso. Con rapidez capturó sus labios y comenzó el movimiento entre ellos, sus bocas sabían a amor, su aroma era de amor, su amor estaba esparcido por todos lados. Así de simple. Se besaron con ternura, con amor y a la vez pasión, con agradecimiento y esperanza. Se besaron por largos minutos, con los ojos cerrados y el corazón a mil, jugando con sus lenguas y acelerando la respiración. Se besaron hasta que él la separó y abrió la cajita, ahí estaba un collar… algo así como un relicario antiguo, tenía forma de corazón. No era muy grande, pero sí muy bonito. Delicado.

-Esto era de mi bisabuela- se puso tras ella y le corrió el pelo dejando su blanco cuello desnudo ante sus manos- y ahora es tuyo. No me mires así, ella quería que fuera de mi gran amor…- sin palabras sonrió, mirando la arena, mientras él besaba su delicada espalda con ternura.
-Te amo- susurró, haciéndolo detenerse al instante- y quiero que esta noche sea especial para ambos…
-Lo será- respondió enfrentándola y tomándola entre sus brazos.
-¿A dónde me llevas ahora?
-Al paraíso- sonrió y salieron del claro casi corriendo.
-¡Me asustas! ¡Sos tan loco!- dijo entre risas.
-¡¡Vos me tenés así!!

No supo en que momento llegaron a la orilla de la playa, pero cuando sintió el chapoteo del agua bajo sus pies, intuyo que todo se pondría mucho más húmedo.

-¡¡No me quiero mojaaaaaar!!- alcanzo a gritar antes de que se sumergieran bajo la templada agua de Cariló.

Cubiertos por las aguas del Atlántico, se separaron y nadaron en la misma dirección. La orilla.




FIN




Autor: chey_x_lalitas

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