4 jul 2013

Love Me - cap 17

Estaba helando, por lo que instantáneamente, la campera de Benja fue a parar a la espalda de Lala.

-¡Hasta que aparecen los tortolos!- grito Cande, cuando entraron al quincho de la mano. Solo rieron nerviosos.
-Felicitaciones chicos- Rochi se acerco a los dos- les deseo lo mejor.
-Que sean muy felices hermosos- Mery fue la siguiente en saludarlo.
-Al fin nabo- Poli lo saludo amistosamente- viste Lalita, es blanco o negro… sin grises- la abrazo tiernamente, besando su cabeza.
-¡Mucho cariño he!- Benja le dio un empujoncito, en parte broma y en parte serio.

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-¡Que celoso muñeco!- beso cortamente sus labios.
-¡Ah son re tiernos chicos!- Cris entraba al quincho de sorpresa.
-Cris…- Lali la abrazo triste, no quería alejarse de ella.
-¿Qué pasa mi amor? ¿Te hizo algo Benja?- pregunto entre risas, pero se detuvo al ver que la morocha lloraba- Lali…- comenzó a emocionarse.
-No quiero separarme de vos Cris…- dijo entre lágrimas.
-Mi amor… no nos vamos a separar, sabes que solo es un tiempo que me tomo y volveremos a trabajar juntitas. Además nuestra relación no es solo laboral, yo te re amo- tenia la blanca carita de Lali entre sus manos- y sos como una hija, sabes que con Romi y Tomas siempre te consideramos parte de la familia- la hacía llorar aun mas.
-Lo sé y ustedes también son parte importantísima de mi vida, son mi segunda familia- trato de sonreír, pero aun sentía que se distanciarían.
-La… tranquila- volvió a abrazarla- sabes que necesito cuidar a los nenes, y que lo de Romi aun duele…- todos a su alrededor también lloraban.
-Lo sé, por eso quiero estar cerquita de vos- era tan sincero el cariño.
-Todos queremos estar con vos Cris- Cande y los demás se unieron al triste abrazo.
-No te digo adiós, sino hasta siempre…- entono Cris emocionada.

Todos lloraban. Porque aunque lo cantaran y pensaran, decir adiós nunca fue tan difícil como aquella vez.
La noche paso rápida, cada uno tomo su camino, después de calmarse. Se despidieron prometiendo jamás alejarse demasiado. Y que disfrutarían al máximo la gira y últimas grabaciones.

Cande partió en su auto junto a Yeyo, ya que Lali se iría con Benja.

-Me llamas cuando llegues ¿ok?- era tan cuida la flaqui.
-Si mamá- se burlo la morocha.
-No te burles, te cuido porque te quiero- la abrazo, aun seguían sensibles- ¡vos!- apunto a Benja- tenes mi aprobación al 100%, pero si veo una sola lagrima caer por la mejilla de mi amiga por tu culpa ¡te mato! ¿Ok?- era exageradísima cuando quería.
-Ok- todos rieron.
-Dale Cande, tengo que salir ahora- la apuro el rubiecito, desde el interior del auto.
-¡Pero qué pendejo! Seguirá de joda, ¡mira vos!- estaba impresionada.
-Dale anda Can, mañana te llamo para que salgamos- beso su mejilla.
-Chau flaquita- Benja también se despidió sonriendo.
-Chau muñecos- los molesto una última vez y se fue en el auto.

-¿Qué hacemos?- pregunto abrazándola por la espalda.
-No se… hoy propones vos…- sonrió feliz.
-¿Segura?- su cara la asusto, no sabía que se traía entre manos.
-No, ya no estoy tan segura…- ambos rieron por el sentido de la conversación.
-¡Vamos dale!- tiraba de su brazo y ella se hacia la interesante.
-Naa, pero decime que haremos antes…- parecía una nenita haciendo berrinche.
-¡Ay nena! Calmate que no muerdo- bromeo tirando del brazo.
-¿Cómo que no? ¡Mira mi labio!- y exagero una pequeña herida formada entre beso y beso.
-¡Ay perdonameeee!- sobre actuó. Ella hacia pucheros.
-No…- se hacia la difícil.
-Dale…- acariciaba su mejilla- ¿Qué hago?
-Bésame mucho- atrapo sus labios entre risas.

Estuvieron a los besos un largo rato fuera de la parcela de Cris. Apoyados en el auto, recuperando el tiempo perdido, no había distancia entre ambos. Eran besos apasionados, un tanto ansiosos. De vez en cuando se separaban, quizá para mirar la cara de encanto del otro, o tal vez simplemente para asegurarse de que todo era real.
Cuando el frio los supero decidieron dar pie a la sorpresa de Benja. Y marcharse del lugar.




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Cuando el frio los supero decidieron dar pie a la sorpresa de Benja. Y marcharse del lugar.

-Daleeeee, decime- rogaba mientras acariciaba su carita y el manejaba sonriente.
-Nuuu, es una sorpresa La- mas reía, porque imaginaba la cara que estaba poniendo.
-Entonces no te hablo mas…-Se cruzó de brazos, bufo y dijo algunas palabrotas en voz baja. Él solo sonreía.
-Pero es sorpresa hermosa- acaricio su mejilla, ella miraba hacia fuera.

Benja detuvo en auto, estaba oscuro, muy oscuro. Estaban junto a un camino de tierra, en el cerro. Por el enojo la morocha no se percato del lugar al que la llevaba. Cuando lo noto, ya era tarde. Él bajaba del auto y se apoyaba en la parte delantera, mirando hacia la ciudad.
No le quedo otra y se bajo. La vista era estupenda. Todo Buenos Aires a sus pies, o gran parte.

-¿Este era el lugar?- respiro profundo con los ojos cerrados.
-No…- miraba al frente.
-¿te enojaste?- ahora lo miro directamente.
-No…-él no hizo lo mismo.
-Miráme- exigió poniéndose frente a él. Apoyada en el muro que cercaba el mirador.
-No…- era más alto que ella, por tanto podía seguir con su vista al frente, sin notar su oposición.
-Benjamín miráme- tomo la cara entre sus delicadas manos.
-No…- pero ahora si la miraba.
-¡Viste que estas enojado!- se molesto al ver la cara de orto que tenia.
-No…- la fastidiaba.
-¡uyy para con el No!- eso ya lo grito – ¡y besame!- sin más palabras, se unieron en un acalorado beso, de esos precisos para derretir el hielo de un enojo, una pelea o un mal entendido.
-Lo gracioso es que con solo un beso me cambias- tenían unidas sus frentes.
-Vos me haces volar- sonrió mordiéndose la uña sensualmente.
-Bueno, bueno. Mejor cambiemos de tema… esta no era la sorpresa- le dedico una mirada reprochadora- solo te traje acá para desviar tu atención- ambos rieron, ella se mostraba interesante.
-Vamos bien entonces, porque mi atención ya estaba en otra cosa- lo atrajo de la campera y lo volvió a besar.
-¿Cuándo va a ser el día que me dejen de gustar tus besos?- la abrazo tiernamente.
-Nunca, porque a mí tampoco me ocurrirá jamás con los tuyos…- le dio un pico.
-Más tierna lindura… - le acariciaba el pelo- ok, sigo con la sorpresa. Para dártela necesito vendarte los ojos- sabia que se negaría.
-Ok- respondió muy pancha.
-¿queeé? ¿No pondrás objeción alguna?- estaba sorprendido.
-No, no quiero más peleas y OBVIO confió en vos- en ambos rostros apareció la sonrisa de enamorados que solo ellos mostraban.
-Entonces haber… voltéate- saco una chalina para tapar su visión.
-¡Ojito vos eh!- lo molesto por la forma en que estaban.
-¡Mariana! Yo te respeto…- no le gustaban esas bromas.
-¡Ay muñeco! Fue una bromita- sonrió ya con los ojos vendados.
-Pero mira si nos escucha alguien, se come cualquiera- en ese aspecto era muy perseguido.
-Benja… acá no hay nadie en kilómetros… así que mejor vamos- lo ultimo lo dijo media asustada al recordar la peligrosidad.
-Dale, pero cuidado ahí…- no alcanzo a evitar en golpe.
-¡¡La re contra que te pario!!- había chocado su pierna con la esquina del auto.
-Espera que te guio… haber donde te golpeaste- la mimo un poco.
-Aquí- hacia pucharos mostrando su rodilla- me lele muchoooo- él se paro y le dio muchos picos.
-¿paso?- pregunto al separarse. Ella negó. Entonces decidió que era su turno de robarle un beso y como tenía los ojos vendados, aprovecho.

Sin previo aviso capturo su nuca con la derecha, la mejilla con la izquierda, y sus labios con los de él. La apoyo un poco brusco sobre el auto y eufóricamente le quito el aire. A los minutos la solto, aun agitado.

-Wuuouu…- solo esa fue la respuesta y luego risas.
-Dale, vamos mejor… subite antes de que arda Troya- subió riendo.

Después de asegurarse que estuviera bien vendada y luego de algunas bromas mutuas. Partieron en busca de lo desconocido, el rubio manejo cerca de media hora y cuando su morocha ya no resistía más, al fin habían llegado.

-¿llegamos?- pregunto ansiosa por quinta vez consecutiva.
-Llegamos- le robo un beso y se bajo, para abrirle la puerta.

La guio despacio hacia el interior de algo que parecía ser una casa, ella lo afirmaba fuertemente. No porque no confiara en él, sino, porque su naturaleza de mujer era medio así. Insegura.

-Te amo hermosa…- le susurro al oído, y la ultima parte del “hermosa” no se alcanzo a escuchar bien, porque un grito ensordecedor, envolvió el lugar.
-¡¡Sorpreeeeeeeeeeeeeesa!!- la venda cayo de los ojos y ante ella una decena de personas.

Majo, Carlos, Ana con Cristian su novio, su abu, Facu, Lauti, tíos, tías, amigos, Yan, Pablo, Yeyo, Can y Luca, Agus, entre muchos más. Con la mano en la boca volteo en busca del culpable de esto.

Y ahí estaba, apoyado en la pared con la mano en los bolsillos y una sonrisa que la derretía. ¿Podía ser tan lindo? La miraba como queriendo decir “no fue mi culpa” después de tanto quilombo que hizo la morocha, todo tenía un hermoso y justificado fin. Celebración Familiar.

Uno a uno comenzaron a felicitarla por el hermoso ciclo que cerraba, a desearle lo mejor en la siguiente etapa y a entregarle muchas bendiciones. Y la duda que la invadió de inmediato fue… ¿merezco tanto? ¿Tanto amor, tanta dedicación, tanta consideración, tanto orgullo, tanta alegría? ¿Merezco todo lo que me está sucediendo?... no alcanzo a pensar en la respuesta, cuando un susurro en su espalda la aclaro.

-Mereces esto y mucho mas…- paso por su lado, el chico de ojos celestes.
-¿Qué ahora me lees el pensamiento?- lo siguió riendo.
-Ponele…- se acerco a la mesa y tomo un vaso.
-Gracias…- quería besarlo, pero aun nadie sabía ahí, o sea, solo algunos.
-¿Por qué?- como amaba hacerse el misterioso.
-Por la sorpresa- revoleo los ojos.
-Yo solo fui el señuelo de Ana, creyó que me seguirías ciegamente- rio, eran cómplices.
-¡Malditos! ¿En qué momento te hiciste amigo de mi hermana?- arrugo el entrecejo.
-Desde que respondía mis llamados por las noches, cuando estuviste enferma y me escuchaba llorar… y lloraba conmigo… y al parecer contigo también, porque te oíamos…- y una mueca de dolor apareció.
-¿En serio me lo decís?- se le empañaron los ojos.
-En serio… te amo Mariana y te necesite demasiado- acaricio tiernamente su mejilla.
-No sabes todo lo que te necesite también…- necesitaba besarlo, pero no podía.
-¿Y porque nos dañamos tanto entonces?- pregunto casi puchereando.
-Y no se… si lo supiera… podría evitarlo… nunca más quiero hacerte daño, me duele más a mi- cerro los ojos.
-Tan perfecta…- borro la única lágrima caía por su mejilla- tan sensible…- seco otra- tan hermosa…- cada lagrima era una característica, que quería resaltar de su amada- tan mía…- ella lo miro al fin, más tranquila.
-Tan tuya…- lo abrazo, sin importar el qué dirán. Era el hombre que amaba ¿y qué?
-Me muero por besarte- rio escondido en su cuello.
-¿en serio?- lo empujo hacia atrás preocupada- ¡no te mueras mi amor!- y riendo lo beso dulcemente. Ya no le importaba todo lo que dijeran, era feliz y quería hacerlo feliz también a él.
-Te amo- declaro sin vacilaciones cuando la respiración los separo.
-I love you too… mi muñeco- respondió acariciando su mejilla.







Autor: chey_x_lalitas

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