2 jul 2013

Love Me - cap 12

Ya no sentia debilidad fisica, sino del alma. Candela tenía toda la razón, no había motivos para negarse a la felicidad, pero esa continua inseguridad que dejo su antigua relación no le permitía estar en paz. Tantas especulaciones y engaños.

Prácticamente su única relación seria, había sido Peter, no tenía otros antecedentes amorosos, que validaran su capacidad de hacer feliz a otra persona. Y ahora la persona con las que más tiempo compartió, la trataba prácticamente de puta.
¿Qué confianza tendría en una futura relación? No se permitiría dañar a la persona más buena que conoció en su vida. No lo haría, aunque se muriera por dentro.

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Paso el resto de la semana, sin mayores novedades. Candela no apareció nuevamente en su casa, de Peter no sabía, ni quería saber nada. De Benja menos, había pedido a su papa ir por el auto a su departamento.
Mucho descanso, mucha distracción. Fueron parte fundamental de ese tiempo reflexivo. Exceso de arte por todos lados. Pintura, baile, canto, composición, instrumentación, interpretación teatral y muchas cosas con ese sentido eran su principal distracción.

La habitación se había convertido en un pequeño escenario, donde se desenvolvía con total libertad. Aunque todo parecía genial, tenía un trasfondo muy triste. Las canciones eran extremadamente melancólicas; los cuadros que pintaba, muy depresivos; y esos guiones que interpretados, eran tomados de las peores películas de amor. Finalmente donde intentara distraerse, ese par de ojos azules, aparecía para desestabilizarla con un millón de mariposas revoloteando a su alrededor.

Con el término de la semana, los nervios aumentaron. Era domingo e intentaba preparar sus cosas para el día laboral. Tenía grabaciones en la mañana y dos funciones en el teatro por la tarde. El resto de la semana solo tendría teatro, por ende, estaba en la obligación de compartir con el rubio todos esos días.

El lunes todo comenzó con normalidad, despertador a las 6, desayuno listo por su mama, auto encendido y portón abierto, beso en la frente y la bendición de su vieja. Calle 13 a todo volumen, ventanas abajo y gafas matutinas. Aun hacia frio, pero el sol se dignaba a aparecer y ella lo aprovechaba al máximo.

Seguía con la estrategia de evadir sus pensamientos “benjalicos” pero ahora sumaba otra cosa, la indiferencia. Pretendía mostrarse perfecta ante todos y evitar a Benja a toda costa, disfrutar la soltería como correspondía. Encendió su celular y el pobre casi exploto por las llamadas perdidas, mensajes de texto y buzón de voz. Todos. Yan, Cande, Rochi, Mery, Jime, Cris y hasta Euge. ¿Euge? Sí, la rubia había dejado un mensaje. No es que tuviese preferencias demasiado marcadas, pero la situación con la china, ameritaba leer su mensaje primero.

“Lamento todo lo que estas pasando. Sabes lo importante que sos para mí, pero no estás haciendo bien las cosas. Trata de ponerte en su lugar. Él te ama. Besos pajarilla hermosa. Tu china, Euge”
No aventó el celular por la ventana, porque antes conto hasta diez y respiro profundo. ¿Cómo podía decirle eso? No entendía, seguía sin comprender la actitud de quien, en algún momento, fue su mejor amiga.
Siguió el camino, por la atochada General Paz, y entre bocinazos y algunas puteadas de otros autos, siguió leyendo.

“Lalunga, aparece. I miss you, sweetheart. Siempre con vos. Merita”- más tierna.
“Lala! Donde estas hermosa? Como se te extraña! Plis contesta el cel. tkmmmmm. Rochi”- otra tiernita mal. Un amor de persona.
“Morocha como andas? No sabes el embole que es grabar sin vos. Te quiero montones amiga, quiero nuestras conver de vuelta. Dj Paul”- ese Pablo, un divertido y caño total.
“Peti! Aparece tontina, no seas bobalicona, sabes que estamos con vos. Te amu hermanita, tu cachetes”- su hermanito del alma, amaba leer un mensaje de él, que era tan despreocupado de todo.
“Lali por favor llamame, no me gusto verte así de mal. Tenemos una charla pendiente. Besos hermosa. Cris”- siempre, siempre, siempre, en todas. Su segunda madre.
“pendeja! Desaparecida! Ingrata!!!! Te extraño! No sabes lo feo que es echarse el agua oxigenada solo en el pelo. No, hablando en serio. Quiero saber como estas, tomamos un café? Besos, Ricitos de oro” – siempre la hacía reír a más no poder.
“COBARDE… te amo”- era obviamente su mejor amiga.
“me contaron los chicos que no contestas el cel. ¿Qué pasa? Mira que para pendejadas, estoy yo. Te re contra híper quiero Lalu”- y ese pendejito rubio, como lo amaba.
“preciosa, solo te dejo una frase, lo más probable es que no quieras saber de nadie, pero *Tras las nubes el cielo es siempre azul* besos, morochita, your blond”- tan tierno Gasti.
“Fuerza Lalita, te quiero mucho, Vic” – que amor.

Y así fue leyendo uno a uno la montonera de mensajes de sus amigos. No había ni de Peter, ni de Benja. Del primero lo esperaba, estaba enojadísimo, pero del rubio no. Luego se dispuso a escuchar los mensajes de voz. Casi todos habían dejado también mensajes en el buzón de voz, pero dos le llamaron más la atención y los escucho.

“sé que me equivoque… vos sabes cuánto te quiero. No pretendo ser ni haber sido tu dueño absoluto… pero no soporto la idea de perderte… cometo errores a menudo, soy un pelotudo de los mejores… pero te amo y sos mi razón de vivir… no me dejes por favor”- ¿quién podía resistirse a ese mensaje? Era enternecedor y a la vez lastimoso. Y lo que menos pretendía la morocha era eso. Solo quería estar sola. Añoraba gritarle en la cara que no caería nuevamente en su juego. Era historia repetida, mil veces había leído lo mismo, y mil veces cayo. Ya no más, era tiempo de pensar en ella.

El siguiente mensaje era de él… de esa persona que la hacía temblar con solo leer su nombre. No sabía si escucharlo. Le daba pánico ir corriendo a sus brazos y arruinar todo lo planificado, pero tomo fuerzas y lo hizo. La sorpresa fue mayúscula, cuando escucho el mensaje.

“Aunque te abraces a la luna, aunque te acuestes con el sol. No hay mas estrellas que las que dejes brillar, tendrá el cielo su color… No estés solo en esta lluvia, no te entregues por favor… si debes ser fuerte en estos tiempos… para resistir la decepción…. Y quedara abierto mente y alma… yo estoy con vos”- no pudo, por más que intento, no pudo seguir escuchando. Cortó el mensaje y se deshizo en llanto. No podía ser más tierno. No debía, no tenía derecho a tratarla con tanto amor. No le servía, mas la enamoraba y a la vez, alejaba. Lo que menos quería en el mundo era dañarlo, pero no había forma de evitarlo.

Una fuerte bocina la hizo reaccionar. Bajo su mirada, seco las lágrimas (que inconscientemente caían) por sus mejillas y busco un pañuelo en su bolso. Al mirar hacia un costado, vio algo que le partió el alma. En el asiento del copiloto estaba, junto a su campera, la hermosa fotografía que tomo Maxi el día del concierto. En ella, Benjamín la abrazaba con una ternura extrema, haciéndola estremecer. Si hace unos segundos le dolía el pecho por la angustia, ahora definitivamente ya ni siquiera respiraba. Era casi imposible contener el mar de lágrimas que se avecinaba… pero debía ser fuerte… por él. Tenía que protegerlo.

Respiro profundo reiteradas ocasiones. Puteo al chofer que la boconeaba, cuando este la adelanto y siguió el camino.




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Respiro profundo reiteradas ocasiones. Puteo al chofer que la boconeaba, cuando este la adelanto y siguió el camino.

Llego a Pampa y fue directo al baño para recomponerse, cuando estuvo lista entro a la zona de camarines. Ahí estaba Poli, quien la abrazo con un cariño gigante, envolviéndola con su exquisito perfume. Luego la recibieron Cris y Leo, no preguntaron mucho, pero se les notaba dudoso. Grabo con Poli unas escenas Simonellas y luego fueron a comer algo, habían decidido ir juntos al teatro.

-Así que volvió la estrella- bromeo mientras manejaba.
-Eme aquí bombón- se agrando. Siempre se molestaban de esa forma.
-¿Cómo te has sentido?- pregunto colocando música baja.
-Muy bien, el médico me dijo que debo tomar…- fue interrumpida.
-No pretendo saber el parte médico, quiero saber cómo esta esto…- apunto su corazón.
-Resistiendo…-sonrió con tristeza.
-No le des mucha carga La… no aguantara mucho, es re chiquito- bromeo nuevamente.
-¡Que tarado!- golpeo el hombro.
-Na, pero hablando en serio. No te sobrecargues. No te enrolles… intenta que sea blanco o negro… si buscas intermedios te mataras en el intento- reflexiono.
-Pero me gustan los grises- lo desafío bromeando.
-Siempre tan terca- sonrió mirando al frente- Lali, escúchame.
-Te escucho- estaba divertidísima con ese payaso.
-Todo el mundo hiere sin quererlo… Te hacen sentir que no podes… te hacen sentir que no sabes… te hacen creer que no vales…- canto mirándola de reojo, ella sonreía. Le encantaba esa onda especial que tenía su amigo.
-Gracias payasito- siempre lo llamaba así, desde que se conocían.
-Gracias hacen los monos, los amigos cumplimos con nuestro deber. Estar en todas- le tomo la mano y la beso.
-Llegamos…- sintió apretujar su panza.
-Llegamos- le sonrió y beso su frente, cuando ya estaban estacionados- vamos…- bajo las cosas de ambos y espero que ella bajara. Coloco la alarma y caminaron abrazados.

Todos la recibieron con mucha alegría, Cande ya no estaba enojada, Euge fue muy cariñosa, Peter no se cansaba de pedirle perdón. Ella solo sonreía. Era muy grato volver con sus amigos y notar esa hermosa energía. Pero muy angustiante tener que compartir con su ex y aguantar sus hostigaciones. Lo quería, pero no volverían a estar juntos.

Estaba contando un poco lo ocurrido y el diagnostico medico, cuando alguien toco su hombro. No quería voltear, porque sabía quién era. Pero no tenía opción. Giro y esos hermosos ojos azules la capturaron instantáneamente.

-Hola muñeca- la abrazo con una ternura sobrenatural.
-Ho… la- respondió entrecortado.
-¿Cómo te sentís?- le hablaba al oído y no la soltaba.
-Muy bien… gracias- estaba muy nerviosa, intentaba controlarse al máximo.
-¿escuchaste mi mensaje? No quise ser imprudente y visitarte- era tan perfecto.
-Hoy lo escuche, tenía el cel apagado- no le decía nada, esperaba otra cosa- muy linda canción…
-Ahh… Maxi te mando saludos, está preocupado- no era tonto, notaba el distanciamiento.
-Gracias, después hablare con él- se soltó un tanto incomoda. La mayoría ya se alistaban para el ensayo.
-¿te pasa algo?- la miraba apenado.
-No, todo bien, solo me abruma tanto cariño de golpe- hablo exageradamente, por momentos, sentía estar interpretando a Mar y no siendo ella misma.
-Ok ¿hoy haces algo?- necesitaba hablar las cosas claramente, estuvo muy angustiado toda esa semana sin ella.
-Sí, me junto con Yan, ¡nos vamos de jodaaaa!- sobreactuó demasiado.
-¿De joda La? Recién estas en recuperación- le molestaba su actitud. Desde lejos noto a Peter mirándolos con enojo.
-Estoy bien rubio, tu tranqui- le desordeno el pelo y se fue a cambiar. Pasó por el lado de su ex y sonrió feliz.

Fiesta tras fiesta, joda tras joda, chape tras chape, baile tras baile. Pasaron casi dos mes. Así pretendía olvidar su realidad. Cande y Yan solían retarla, pero ella no entendía. Iba de joda con Agus, Yeyo, Vico, Rochi, Mery, ex amigas del cole, amigos de infancia, compañeros de otras noves, y desconocidos. Estaba reventándose y Benja solo la miraba con dolor.
Se habían distanciado al 100%, con suerte se saludaban y lo peor era que ella mantenía una actitud totalmente normal y feliz. Le dolía que no lo extrañara, lo destruía notar que no lo amaba, como él a ella.

Con Euge la relación era tensa, estaban en grupos opuestos y con opiniones distintas. Ella salía con sus amigas de campaña y con amigos de Peter, además de su nuevo novio. Nacho Viale, un tipo que a Lali, nunca le agrado. Con la rubia y la castaña solían llamarlo el “come-gatos” y por eso no entendía como, ahora podía ser su novia. Solo se topaban en algunas fiestas y ahí noto la nueva relación de su ex. Annie, la amiga de colegio de la rubia, era la nueva conquista de Peter. Nueva, por lo que ella sabía.

No le tomo importancia, realmente Peter ya no era tema en su vida. Quedaba el cariño, la buena onda en general y compartir en lo laboral, más allá de eso, nada. El gran problema se genero con su “ex” mejor amiga. Los rumores decían que su pajarilla, había presentado a JP con su amiga cuando la relación “Laliter” aun no concluía. Todo eso fue un golpe fuerte. Era un engaño o supuesto engaño encubierto por su mejor amiga… debía doler, pero ya no lo hacía. Aunque, obviamente la amistad y confianza con su rubia, habían desaparecido.

La una prácticamente no existía para la otra.







Autor: chey_x_lalitas

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