30 jun 2013

Love Me - cap 9

Cuando llegaron, Juanchis le abrió el portón y bajaron al subterráneo, estaciono y trato de despertarlo.

-Benja…- lo movía poco- rubio…- lo seguía moviendo- dale muñeco ¡despertá!- lo movió un poco mas brusco. No había caso, no quería despertar- ¡Benjamín Amadeo!- grito moviéndolo. Con tremendo grito cualquier persona en el mundo despertaba.
-¿Ah? ¿Qué? ¿Qué paso?- se levanto y de paso golpeo su cabeza en el techo del auto. Ella rio- ¿de que te reis?- la asesino con la mirada.

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-De vos me rio… no podes tener el sueño tan pesado- seguía riendo y el se recostó nuevamente.
-Sos mala…- ya estaba acomodado para seguir durmiendo.
-¡Ey!- lo movió- ¿pensas seguir durmiendo?- rio moviéndolo exageradamente.
-Siiiii… dejame dormir muñeca- la empujo un poco.
-¡Benjamín! Ya llegamos a tu casa, vamos bajate- se bajo y saco sus cosas, mientras él la siguió rezongando.

Iban en el ascensor cuando se cargo sobre ella, entre sueño e intenciones de molestarla.

-¡Salí, pesado!- lo empujo un poco, riendo.
-Noooo, llevame a upa- nuevamente se cargo sobre ella, ahora también riendo.
-¡Benja! ¡Sos muy grande!- lo empujaba jugando.
-¡Bueno entonces te llevo yo!- ya estaba completamente despierto.

Sin hacer mucha fuerza la tomo en sus brazos, como a una novia. Ella pataleo y grito un poco, pero con solo taparle la boca, soluciono el problema. Como pudo abrió la puerta y la llevo al cuarto contra su voluntad. Comenzó a darse vueltas para marearla y termino peor él, ambos cayeron a la cama muertos de la risa.

-¡Sos un tarado! Veo todo doble- miraba al techo, agitada, con las manos en la cabeza.
-Estoy en las mismas- abría y cerraba los ojos, para recuperar la estabilidad.

Siguieron riendo un rato y de repente él se tiro sobre ella a base de cosquillas. Jugaron cerca de una hora, entre almohadas, mas cosquillas, saltos en la cama y uno que otro empujón. Ya cuando no les quedaban pilas ni para moverse, se taparon con una manta y al fin pararon las risas.

Abrazados tiernamente, sintiendo el perfume y la respiración del otro, se prepararon para dormir. Ya cuando el sueño los vencía, ella decidió cortar el ambiente.

-rubio…-hablo bajito- Benja…- levanto un poco su cabeza, para mirarlo mejor.
-mmm…- se sintió un ruido de su pecho, como diciendo “¿queeé?”
-¡Miráme!- lo movió un toque para que abriera los ojos.
-Lali…- trato de voltearse, pero ella no lo dejo.
-Dale, pesado… miráme- tomo su cara con una mano.
-¿Qué pasaaaa?- tenía una flojera enorme.
-Miráme…- le abrió los ojos a la fuerza.
-Ya, pesada, ya te estoy mirando- la miro al fin.
-Te quiero mucho…- beso su mejilla larga y sonoramente.
-¿Por qué sos tan tierna?- acaricio la de ella.
-No se…- sonrió y recostó su cabeza en el fornido pecho de él.
-Lali…- ahora era su turno de molestarla.
-mmm…- ya estaba entrando en el sueñito rico.
-Lali…-volvió a molestarla, pero ahora moviéndola un poco.
-lo haces para molestarme ¿no?- hablo en voz baja y un poco ronca.
-No… solo quería decirte algo…- suspiro profundo y levanto su cabeza para mirarlo. ¿el problema? Quedo demasiado cerca de su boca- yo también te quiero…- sonrió tiernamente y beso la comisura de sus labios, robándole la respiración.

No pudo decir nada, ni siquiera atino a sonreír. En ese instante, una hermosa imagen llego a su mente. Eran ambos, caminando de la mano, felices. Llenos de amor, con un brillo especial en los ojos. Interrumpidos solo por un pequeño empujoncito en las piernas de él, y tras su amado, un pequeño Benja. Era un nene de dos o tres años, pelo castaño claro, ojos grandes celestes, con su sonrisa y su mirada. Era su hijo… fue un flash hermoso, pero solo un flash.

-¡Ey!- chispeo los dedos ante sus ojos- Lali… ¿pasa algo?- pregunto, cuándo noto que lo miraba nuevamente.
-¿eh?- torció un poco su cabeza, la imagen aun estaba presente en su pensamiento.
-Pregunto qué te pasa, porque de un momento a otro te fuiste…- sonrió acariciando su pelo.
-No, nada… solo que… me gusta estar así contigo- también acaricio su pelo- … pelito de muñeca- rio burlándose por ese apodo, adquirido el pasado año por Mariano Torres.
-Ce…re…- le tapo la boca.
-No te atrevas…- le cargaba ese apodo. El cualrecibio por parte de su ex amiga, Maru.
-… za!-rio molestándola.
-¡Tarado!- golpeo su hombro.
- no golpees cerecita- volvió a reír, mientras ella achinaba sus ojos y abría la boca molesta.
-¡pelo de muñeca!- lo dijo lentamente. Ahora él cambio la cara.
-¡cereza!- se defendió.
-¡pelo de muñeca!-grito.
-¡cereza!- respondió gritando también.

En ese momento ambos estallaron en risas, se divertían tanto juntos. Parecía que estuviesen en una burbuja, a la cual no ingresaban problemas.





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En ese momento ambos estallaron en risas, se divertían tanto juntos. Parecía que estuviesen en una burbuja, a la cual no ingresaban problemas.

-Me carga ese apodo- puso cara de pocos amigos, cuando ya estaban tranquilos.
-A mi también…- coloco la misma cara.
-Es re feo “cereza”- le molestaba.
-No, digo que me carga “pelo de muñeca”-aclaro.
-A mí me gusta, va con tu pelo- rio.
-A mí también me gusta cerecita, va con tus mejillas rojitas- la pellizco en el cachete.
-Pero a mí no- se amurro.
-Pues a mí tampoco- la imito molestándola.
-Entonces no nos digamos mas así…-sugirió con voz de bebe.
-¿Y cómo queres que nos llamemos?- pregunto interesado.
-No se… creo que La y Benja garpa...- levanto los hombros.
-Garpa, pero es poco original llamarnos por nuestros nombres- él quería llamarla de una forma especial.

-A ver… no se… cuando yo te veo… y miro tus ojos… siento que estoy viendo al muñeco que tenia Any en casa, yo era re chica y amaba ese muñeco… era tan lindo- sonrió al recordar- pero ella nunca me lo prestaba, porque yo era re mala, siempre cortaba el pelo de todo lo que caía en mis manos- le encantaba revivir esos lindos recuerdos.
-¿eras?- pregunto riendo.
-Sí, era… ahora cuido lo que tocan mis manos- dijo acariciando su mejilla-… así que… te llamare “muñeco”… serás MI muñequito- le volaba la cabeza esa chica, no podía ser más hermosa y tierna. Además se divertían y entendían demasiado.
-I like…- sonrió feliz- entonces yo te llamare “muñeca”- ella no puso muy buena cara.
-¡sé más original che!- le reclamo.
-Naa, si yo lo tenía pensado de antes. Te daré mis argumentos- levanto su dedo índice- cuando te vi… por primera vez, en el set dije “que delicada”- ella sonrió- Te lo juro, creo que estabas bailando con las chicas…- recordó ese momento- y te vi tan flaquita, blanquita, cari-linda y con ese pelo hermoso que tenes- ella sentía sus mejillas calientes- que dije… “es como una muñeca de porcelana” creo que estaba con Maxi y él dijo algo así como “y yo tendré la suerte de ser su pareja”- ambos rieron.
-¿Así que eso pensaste?- él asintió respondiendo- una muñeca de porcelana… ¡que ideas! Doy para la novia de chucky- rio exageradamente.
-Que tontona, si sos hermosa La- la seguía en la risa.
-Lo decís porque sos mi mejor amigo- no le gustaba que la halagaran, caía en el exceso de humildad.
-No, lo digo porque tengo dos ojos que se maravillan cada vez que te cruzas ante ellos- puso una cara de tierno, mal. Y ella, definitivamente estaba roja.
-más tiernooo- beso su mejilla de nuevo. Él estaba chocho- entonces ¿quedamos como “los muñequitos”?- pregunto divertida.
-me parece ideal- choco su mano.
-Bue… ¿ahora le parece señor si dormimos un toque?- pregunto bostezando.
-Me parece, ya que en…- miro su reloj de pulsera- en cuatro horas tenemos que ir a grabar- ella abrió ojos de huevo.
-¡Durmamos ya!- se acomodo en su brazo.
-Buenas noches muñequita- beso su cabeza.
-Buenas noches muñequito- le respondió con vos picara, haciéndolo reír.

Después de eso, no se escucharon más voces en el cuarto. La luz ya estaba filtrándose por las cortinas y la mañana estaba fría, pero entre la manta y el calor de él, la morocha durmió excelente.

Al rato después, la alarma de Benja sonó estrepitosamente. Entre gruñidos y reclamos se levantaron, él fue a la ducha, mientras ella bajaba descalza a poner la pava y unos tazones para desayunar.
Cuando desocupo la ducha, fue el turno de la morocha. El rubio por su parte, bajo a comprar las facturitas en la esquina. Pantalones negros, remera celeste y un buzo con gorro negro, acompañados de unas jaguar celestes, eran su atuendo.

Ella salió de la ducha, se encremo y busco ropa en su bolso. Jeans ajustados, botas altas negras, remera ajustada fucsia, un buzo con gorro también rosado y por último la campera de cuero negra. Era extremadamente friolenta, así que prefería prevenir, por si seguía bajando la T°. Termino secándose el pelo, separándolo en dos y trenzándolo, finalmente se coloco un gorrito negro y ya estaba lista.

Bajó y el desayuno estaba listo. Su “muñeco” la miro de arriba abajo y silbo piropeándola, ella dio una vuelta coqueta y ambos rieron. Desayuno agradable y partieron a Pampa a grabar, aun les quedaba media hora.

En el auto la música era agradable y la conversación también, el tema era el concierto del día anterior. Toda la magia derramada en ese espectáculo y posterior cena, era increíble. Ambos alucinaban rememorando cada momento con la diva del pop. Mientras veían las fotos tomadas por Maxi durante el show.
Iban de lo mas chochos cuando la morocha entro a las fotos del backstage, ahí quizo matar al hermano de su mejor amigo.

-¡pero qué HDP!- grito riendo.
-¿Qué hizo?- rio por la expresión.
-Mira las fotos que me tomo- le mostro la cámara y en ella se podía apreciar la cara de impresión y confusión que tenia Lali la noche anterior. El rubio solo rio.
-Pero si esa era tu carita anoche La- le recordó.
-Pero no debió tomarme fotos así- bufo molesta.
-¡Na! No te podes enojar porque el chiflado capturo los momentos más lindos de esa noche- rio para distender el ambiente.
-No me enojo, solo no me gustaron, pero tampoco da borrarlas- levanto los hombros quitándole importancia.
-Dale avanza a la otra- ambos se miraron tiernos. Esa imagen mostraba a un rubio y a una baja morocha, abrazados, derrochando ternura.
-Que lindura la foto- opino ella.
-Sí, está muy buena. Hay que imprimirla- sugirió feliz.
-Sí, es para el recuerdo- sonrió mirándolo.
-En la hora de almuerzo podríamos ir a imprimir dos copias ¿te parece?- ella asintió contenta- Ok, ahora vamos o si no llegaremos tarde.
-Dale- volvió al camino y ella siguió riendo y comentando las fotos.

Llegaron a Pampa y se despidieron. Él entraba a grabar de inmediato con Euge y ella aun tenía que prepararse para grabar en exteriores. Era viernes y tenían rex, aunque solo la función de la tarde, por tanto, después de almuerzo debían ir a la calle corrientes.







Autor: chey_x_lalita

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